domingo, 2 de enero de 2011

fotografias del cadete y una breve Biografía

Alberto Anastacio Benítez Agusti nació en el barrio de Trinidad, en 1944. Era el tercer hijo de una familia de 14 hermanos (4 mujeres y 10 hombres). Sus padres, Anastacio Jesús Benítez, era Mayor del Ejército, y Dora Juliana Agusti de Benítez, ama de casa.
A los 17 años, el muchacho ingresó al Liceo Militar Acosta Ñu. En 1962, al final del segundo curso, su sueño de convertirse en oficial del Ejército Paraguayo terminó de forma violenta.

6 de diciembre Alberto Anastacio salió de vacaciones. Al día siguiente, el 7, la Policía fue a buscarlo a su casa, en momentos en que él no se encontraba.


con signos de violencia y tortura
El día 8, fiesta de la Virgen de Caacupé, unos niños de la zona hallaron, entre la tupida vegetación de Villa Guaraní, el cuerpo inerte de un joven colgado de su corbata a la rama de un árbol de tatare. Semi-arrodillado, con el rostro sereno y sonriente, no era otro sino el cadete Benítez, asesinado en la tarde del 7.
Pese a las exigencias de los padres por el esclarecimiento del crimen, las autoridades de la época no siguieron las investigaciones de manera clara y objetiva. Ante la presión de la ciudadanía conmovida con el suceso, se acusó del homicidio al superior inmediato del cadete Benítez, el capitán Napoleón Ortigoza que, después de un juicio sumario, fue condenado a cadena perpetua. Luego de 25 años de encierro en la cárcel, Ortigoza recuperó su libertad, tras haber probado su inocencia, al caer la dictadura en 1989. Pero la verdad sobre la tragedia del cadete Benítez sigue oculta.

Una conspiración
La muerte violenta del Cadete Alberto Anastacio Benítez se atribuye a un conato de golpe militar contra el presidente Alfredo Stroessner. Un superior de Benítez le manda entregar una carta de amor, pero en cercanías de la iglesia de la Recoleta resulta interceptado por una patrulla militar que requisa la misiva, con el pretexto de que contiene órdenes e instrucciones relacionadas con el golpe. Se acusa al cadete de haber abierto el sobre y leído el contenido, lo que ante los intervinientes lo convierte en cómplice del plan. En la intención de sacarle informaciones lo torturan hasta morir. Ya sin vida, el cadete es maniatado y arrastrado hasta el yuyal de Villa Guaraní, donde lo encuentran colgado con su propia corbata, con el propósito de hacer aparecer el crimen como un suicidio.

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